1.12.2006

Cine Bizarro, definiciones, explicaciones y excusas

Creo que fue mientras se desarrollaba el festival Buenos Aires Rojo Sangre que Magdalena Rodríguez se contactó conmigo interesada en hacer una nota sobre "lo bizarro". Tal vez fue pocos días antes o pocos días después, no estoy seguro. Lo que me acuerdo es que tuve muy poco tiempo para responder el pequeño cuestionario que recibí por mail. Por lo tanto apenas esbocé algunas ideas que tenía sobre el tema, sin profundizar demasiado. Igualmente, gran parte de eso no salió en la nota, que acaba de publicarse en Clarín: Arte "bizarro" CULTURA : UNA TENDENCIA QUE ATRAVIESA DISTINTAS DISCIPLINAS.

Como sea, la publicación de Arte "bizarro" me da pie para insitir sobre esos borradores sobre la "bizarrez".

En su momento le escribí a Magdalena que "Bizarro se aplica a tantas cosas que, en la práctica, ya casi no significa nada". El artículo de Clarín coincide: Incluye en la ensalada objetos de sex shops, muñequitos al estilo Tim Burton, películas de terror, lagartos de goma, serpientes, ritos umbanda, obras de teatro y libros hechos con repasadores manchados. Bizarro es una palabra hueca. Si TODO es bizarro, NADA es bizarro.
Entonces ¿Que es el tan mentado CINE BIZARRO?

La movida del llamado "cine bizarro" empezó a comienzos de los ´90, con algunos ciclos de cine, videoclubs o revistas especializadas. Cuajó definitivamente con la publicación del libro homónimo de Diego Curubeto. El mismo es un desordenado (y divertido) catálogo de películas reunidas porque al autor le parecieron lo suficientemente extravagantes. Eso incluía Titanes en el Ring, la Coca Sarli, Luis Buñuel, Enrique Carreras, Jacques Tourneur, Cronenberg, el cine 3D, Godzilla... y un largo etcétera.

En su libro "Los géneros cinematográficos" (que cito de memoria, así que espero no pifiar demasiado), Rick Altman afirma que los géneros son dinámicos. Que en cualquier momento puede crearse uno nuevo. El tipo señala varios ejemplos en esa dirección. Según Altman la génesis de un género esta en los adjetivos. Un ejemplo son los "Buddy Films", los "films de compañeros" (conocemos el molde, puede ser un policia joven y uno viejo cerca del retiro unidos por la fuerza o algo por el estilo, donde gran parte de la joda pasa por la relación entre ambos... ahí están Arma Mortal, Rush Hour,...). En principio eso de Buddy era un adjetivo mas o menos despectivo para denominar este tipo de películas. Hoy por hoy es un género con reglas reconocidas por el público y la crítica. La interesante película argentina Tiempo de Valientes fue presentada en varias reseñas como una Buddy Movie.
Lo que pasó es que aquello de "Buddy Film" pasó de adjetivo a sustantivo. De mero calificativo a algo con nombre propio. Pensemos en el Spaguetti Western, que durante años fue el hijo bobo del cine del oeste yanqui y hoy se lo mira como un género en si mismo.
Según Altman, este proceso se consigue en la medida que tanto los productores como los espectadores estabilicen el uso de un adjetivo. Y para eso, la crítica cinematográfica cumple un papel fundamental, como una suerte de guía en el ordenamiento o clasificación de películas. Altman afirma que "la crítica" crea géneros o, al menos, los propone.
Cuando leí esto me pareció discutible. Pero luego se me vino encima la categoría de Nuevo Cine Argentino impuesta por la crítica local de un tiempo a esta parte y que finalmente todos mas o menos reconocemos.

Este cuento tiene que ver con la comprensión del término "bizarro". Éste, como es lógico, empezó como un simple adjetivo para denominar ciertas películas con elementos extravagantes. En eso Curubeto saca su libro. Podría pensarse que este era el momento de empezar a "sustantivar" el término, cuando un crítico propone series, coincidencias o puntos de análisis. Sin embargo el libro carece de todo tipo de elemento racional.
El libro "Cine Bizarro" no es -ni pretende ser, vale aclararlo- un intento de pensar o racionalizar un proyecto de género cinematográfico. Es sólo una suerte de "guía de visionado" de películas que el autor califica como bizarras.

El resultado fue, entonces, que el término se hizo popular sin haber superado su etapa de adjetivo. El "cine bizarro" no es un género, ni una serie, ni una clasificación ni nada con nombre propio. Pero, librado a su suerte, se ubicó cómodamente en la boca de todos.

EL CINE MALO
Curiosamente, de las miles de películas que propuso el libraco de Curubeto, que se comentaron en La Cosa (especializada en cine fantastico y bizarro) o que se alquilan en Mondo Macabro (cuyo slogan es "Video bizarro"), sólo un pequeño porcentaje son considerables como películas malas. A pesar de eso, la acepción que terminó popularizando fue la del bizarro como un "cine mal hecho".
Supongo que esto tiene que ver con la falta de un soporte teórico o una definición eficiente. De la gran ensalada iniciática, los grandes géneros fueron extirpando sus héroes mas queridos. A pesar de que Curubeto escribe sendos capítulos en su libro, la Hammer Films sigue siendo terror, Tarzan sigue siendo aventuras, John Carpenter es cine fantástico y el Blaxploitation es aún Blaxploitation.

Quiero decir que el proyecto inicial del cine bizarro no logró tener el peso teórico como para mantener bajo su yugo películas o autores asociados a un género establecido. Por lo tanto, sólo pudo retener las cosas que ningún género reclamaba, ya sea por ser únicas en su especie (Isabel Sarli/Armando Bo, Mondo Films, Russ Meyer, John Waters), por tocar temas o tópicos mas o menos inclasificables (Alucinógenos, Luchadores, Insectos mutantes gigantes) o por ser tan malas que no cumplían los requisitos para ser aceptadas en ningun club decente (Enrique Carreras, Ed Wood).

Es así que se fue consolidando la asociación del lo bizarro con el cine de dudosa factura.

El resultado es que muchos héroes del cine bizarro local decidieron despegarse del término. La mítica película Plaga Zombie fue estrenada en una Maratón Bizarra Nacional en el cine Atlas por el año 1999. Hoy por hoy, la gente de Farsa Producciones se ofende -con justa razón- si los calificás de bizarros.
La revista La Cosa fue siempre de "cine fantástico y bizarro" (eso decia su logo). Desde hace unos dos años, es sólo sobre "cine fantástico". Y eso a pesar de que su contenido no cambió en lo mas mínimo. Solo eliminaron la etiqueta.

La gran pregunta es ¿Porque el festival Rojo Sangre tiene esa palabra en los afiches (dicen festival internacional de cine de terror, fantástico y bizarro)? ¿Es que solo se pasan películas mal hechas? Se me ocurren -a título personal- un par de argumentos:

  • Mantenemos el termino bizarro como reliquia de nuestra primera edicion (año 2000) cuando la palabra no estaba tan licuada.
  • Porque es posible que, a partir de hacer un "festival bizarro" con películas buenas, se pueda romper la asociación con el "cine mal hecho"
  • Porque nos permite jugar con una especie de comodín, dándonos libertad para programar. Podemos meter cosas, que nos gustan mucho, pero no entran ni en el fantástico ni en el terror -un Spaguetti Western, por ejemplo- argumentando que es algo bizarro. ¿Me explico? El BARS es un festival de cine de terror, fantastico y bizarro. Lo que significa de terror, fantastico y "etcétera"...
  • Porque hay gente a la que le atrae, en general, el cine extraño. En gran parte eso es lo que pasamos en el festival y no hay otra etiqueta posible mas que "bizarro".
  • Porque cada tanto algún medio se interesa por lo bizarro -ahora Clarín, el anteaño la revista Debate, etc.- y al considerarnos como una especie de referente del asunto, ligamos algo de prensa. Para un festival ultraindependiente como el nuestro, eso siempre es un logro.


    referencia:
    CULTURA : UNA TENDENCIA QUE ATRAVIESA DISTINTAS DISCIPLINAS
    Arte "bizarro"
    Lo feo y lo raro como materia prima
    Trabajan con sangre, con carne o con representaciones desagradables. Para algunos, es una forma de convertir lo más descabellado en modernidad.
    http://www.clarin.com/diario/2006/01/08/sociedad/s-05015.htm
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    1.10.2006

    El BARS llega a la TV

    Hace demasiado calor en Buenos Aires y -sabemos- no hay nada mas refrescante que un poco de sangre. Así que los mejores cortos del festival BARS se verán en televisión:

    El canal de cable Ciudad Abierta, que depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, programó durante el mes de enero un ciclo de cortometrajes con lo mejor que se vió en el Festival Internacional de Cine Buenos Aires Rojo Sangre.
    En el canal 80 de Multicanal, en el 83 de Cablevisión y en el 82 de Telecentro, de lunes a viernes a las 23 hs, todos los que no pudieron irse de vacaciones y están estancados en la calurosa Capital Federal podrán ver por primera vez o volver a ver lo que se proyectó en el Festival.

    La programación para agendar:

    Viernes 6/1
    Después de Recién de Ignacio Laxalde- Bernardo Francese
    Gorgonas de Salvador Sanz
    Casa Tomada de Mariano Cattaneo / Ygnacio Cervio
    Noticias de la invasión de Cristian Sabaz

    Lunes 9/1
    El niño de Demian Rugna
    Un limón verde de Fernando Daneri
    Valentino de Cintía Martinez

    Martes 10/1
    Madriguera abajo de Emanuel Pascual
    "O" de Gabriel Grieco
    El Cuarto de Alicia de Paula Pollacchi
    Ante todo la ley de Patricio Benoit

    Miércoles 11/1

    Una y otra vez de Gabriel Greco
    La plaza de Gastón Inaui
    Donde juegan las niñas de Javier Fernandez Cuarto

    Jueves 12/1
    El parque de la muerte súbita de Juan Manuel Biaiñ
    Arrabal de Pablo Lattanzi
    Latente de Antonela Salvador
    Low battery de Macarena Magnini
    AnHell de Mariano Javier Acuña

    Viernes 13/1
    Ella o yo de Sebastián Franco
    Nathan 1, 2 y 3 de Gabriel Grieco y Pablo Parés
    Armadillo de Cayetana Vidal

    Lunes 16/1
    Bar Imperial de Gabriel Grieco
    Vacío de Juan Sebastián Torales y Leonardo Jorge Aimar
    Hicimos un trato de Pablo Marini

    Martes 17/1
    Dulces Sueños de Sebastian Franco
    Abril primera parte de Nahuel Scherma
    La última entrada de Demian Rugna

    Miércoles 18/1
    Electro Yo de María Gonzales Castillo, Julia Rodriguez, Julia Vegas
    La luna de Paula Pollacchi
    Los días del Zombie de Esteban Cordero
    Intrusión de Martín Olemberg

    Jueves 19/1
    Duelo de Sangre de Sebastian Franco
    En mi tumba de Paula Pollacchi
    Mirador de Mauro Canggianelli
    Nido de Almas de Demian Rugna

    Viernes 20/1
    Yume de Fernando Gonzales
    Encubierto de Adrian Garcia Bogliano
    El cura confeso de Enrique Stavron



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    1.09.2006

    A nadie le gusta el cine argentino

    Interesante el sitio que acaba de publicar el gobierno argentino sobre los Consumos Culturales, fundamentalmente porque pone el ojo sobre un área poco estudiada de nuestro país: que leemos, que vemos, que escuchamos...

    Por supuesto que lo primero que hago es dispararme hacia la sección de CINE, para ver cuáles son los "MEJORES FILMES ARGENTINOS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS", información obtenida en base a una encuesta abierta sobre la nada desdeñable cantidad de (casi) 3000 casos.

    Los resultados son tan previsibles como impactantes. Frente a la pregunta "¿Cuál es la mejor película nacional?" el 55,9% de los encuestados no supo que contestar. Todos sabemos las dudas que en general se esgrimen contra el cine local, pero pocas veces se tiene oportunidad de ver en fríos números la percepción de este problema. En concreto, más de las mitad de los argentinos no es capaz de mencionar una película nacional que le haya gustado.

    La preocupación se multiplica si vemos las películas que si figuran. Luego del previsible doblete de El Hijo de la Novia

    (18,8% de las menciones) y Nueve Reinas (13,9%) -dos películas que, a pesar de los "peros" esgrimibles, han podido combinar el éxito de taquilla con ciertas intenciones "artísticas"- se desgrana una variopinta lista de filmes con varios

    bodrios a tener en cuenta. Es así que se menciona a Peligrosa Obsesión (6º lugar, 5,4%), La Furia (7º, 4,8%), La Fuga (8º, 4%), Papa es un ídolo (10º, 3,1%), Un argentino en Nueva York (11º, 3%) e incluso Esa Maldita Costilla (¡15º, 2,1%!). El resto se reparte entre otras cintas con industriales pretensiones artísticas (Plata Quemada, Valentín) o cintas infantiles animadas (Patoruzito, Manuelita).

    Como nota de color, merece destacarse que lograron colarse los clásicos Esperando la carroza (21º, 1,3%) y La patagonia rebelde (26º, 1%). Ésta última -estrenada en 1974- es la película más vieja de las mencionadas.
    También vale mencionar a las pocas cintas que aparecen vinculadas al llamado "Nuevo Cine Argentino", tan solo la piedra fundamental de este "movimiento", Pizza, Birra, Faso, es mencionada en el lugar nº 31, con el 0,7% de los votos. Un oso rojo, bastante despegada de este Nuevo Cine, también aparece por allí.

    Es obvio que las respuestas van pegadas a los éxitos de taquilla. En pocas palabras, la mayor parte de la gente no mencionó lo que le parecia "mejor" sino, apenas, lo que conocía. Es decir que si el 55% no vio nunca cine argentino, el 35% sólo vió películas como Peligrosa Obsesión o La Furia... Lo cuál es bastante mas grave.

    ALGUNAS RAZONES
    El mismo Sistema Nacional de Consumos Culturales averiguó que al 25% del total de encuestados no le gusta ver películas argentinas. A ese grupo consultó sobre los "MOTIVOS DE INSATISFACCIÓN CON EL CINE NACIONAL" (sic). El 45,4% acusó a las Malas Películas. El 32,3% señaló los Peores Argumentos. El 8,8% aseguró que Son Groseras(!). El 7% personalizó en los Malos Actores.

    En otro lugar del sitio se explicítan las formas que el público accede a las películas: Un 53,9% lo hace a través de la TV paga, un 24,5% en video o DVD, un 18,4% en TV abierta y sólo un 15,5% en salas de cine. Superpongamos esos datos al espacio
    que tiene el cine local en la TV abierta (apenas los sabados a la medianoche en canal 7) o en el cable (algo en Space o en I-Sat... Volver hace cinco años que no estrena una película) y vamos a darnos cuenta de otra de las razones por las que el
    público no se acerca a estas películas.

    NOTA FINAL
    Se puede señalar que un análisis meramente cuantitativo es insuficiente para evaluar una cinematografía. Totalmente de acuerdo. Pero lo importante es no perder de vista que el cine necesita de un público.
    Lo que nos dicen esas cifras es que el cine argentino -independientemente de que sea bueno o malo- no tiene espectadores.
    Ya sea por problemas de distribución, por varias décadas de malas experiencias cinematográficas, o por lo que fuera... el público argentino está muy lejos del que debería ser su propio cine.